viernes, 8 de enero de 2016

Liderazgo Toxico



Es cada vez más habitual encontrar la palabra “tóxico” adjetivando sustantivos como: empresas, organizaciones, jefes o gente, y no precisamente porque existan emanaciones tóxicas en el lugar, o necesidad de que una brigada de Riesgos Especiales trabaje allí.

Si nos referimos a una empresa tóxica, estaremos haciendo referencia a una organización cuyos resultados son poco satisfactorios o explotadoras donde te exigen y te exigen sin darte voz ni voto, y sus integrantes trabajan en una situación de estrés y tensión tan grande, que el ámbito laboral se convierte en un campo de batalla y destrucción para la propia persona. Peter J. Frost, profesor de comportamiento organizacional en la British Columbia University, describe un medio laboral tóxico del siguiente modo: “es el resultado tanto de las prácticas de una empresa como de las actitudes y acciones emocionalmente insensibles e inhumanas de sus gerentes. Una situación así le resta vitalidad a los trabajadores y a la organización y contribuye a una disminución de la productividad individual”  Esto despierta emociones Tóxicas en el Trabajo, la agresividad, la envidia, la incompetencia de los gerentes y un ambiente hostil, van mermando progresivamente la competencia emocional de los trabajadores, convirtiéndole poco a poco en una persona miedosa, intimidada y con un fuerte sentimiento de culpa.

A la cabeza de una organización tóxica, puede o suele haber un gerente o líder tóxico, cuyas necesidades e intereses personales no suelen coincidir con los de la organización, poco o nada propiciador de una comunicación emocional y efectiva, y fuente de presiones reales o imaginadas que muchas veces en ese lider vemos cosas contradictorias de lo que dice a lo que hace. El líder tóxico suele ser contradictorio, distante, caprichoso e inconsecuente, no aplica la politica de ganar o trabajar en equipo sino todo para el, desechando a sus compañeros, a su vez vive de una critica constatemente, pueden exitir muchos aportes en su beneficio pero no los valora sino se fija en lo negativo a cada rato, por lo que sus subordinados, nunca saben a qué atenerse, o lo que les depara el minuto siguiente. En su libro Nursing Management, Fitzpatrick, lo describe como “muy desconfiado, se preocupa por su engrandecimiento personal y lucha por el triunfo, el poder y la gloria, es muy agresivo con los empleados que dudan de él y se hace de enemigos allí donde no existen”.  a su vez ese lider no le importan los medios sino el fin para lograr sus obejtivos. Si existen jefes tóxicos es porque las empresas los toleran, y si los toleran es porque creen que son útiles para sus objetivos. Sin embargo las empresas se han dado cuenta cada vez más claramente que no es de interés para ellas mantener managers tóxicos en su seno, o lideres toxicos por el coste humano y económico que significa la devastación organizativa que generan a su alrededor.

Más allá del mundo de la empresa y la gerencia, en el libro “Gente tóxica”, su autor, el profesor Bernardo Stamateas, también denomina a estas personas “vampiros psíquicos”, y les define como gente con muy baja autoestima y con tendencia a la depresión, estado de ánimo que intentan compensar haciendo que decaiga el de los demás, infundiéndoles tristeza, apatía, dolor, y haciéndolo en momentos claves, tales como un cumpleaños, una boda, ante un nuevo empleo, etc. Se alimentan de matar las ilusiones de los demás; es el alimento que consigue apaciguar la sensación de hambre, del que tiene una autoestima deplorable.

En la vida cotidiana, la persona tóxica puede tomar la forma de un buen amigo, o incluso la pareja, es decir personas del entorno familiar o social más cotidiano, sin embargo los celos, el ansia de éxito y la necesidad de obtener el amor de los demás en exclusiva, hacen que un vínculo aparentemente deseable, se convierta en un vínculo tremendamente dañino, capaz de contaminarnos de negatividad. Juzgar o prejuzgar a todo el mundo, lloriquear constantemente, aparentar ser un mosquita muerta, dar pábulo a los chismes, disfrutar difundiendo malas noticias, o mirar por encima del hombro a los demás, son actitudes que nos pueden poner en alerta de estar ante una persona tóxica.

La psicóloga estadounidense Lillian Glass lo tiene claro: “la raíz de toda toxicidad en las relaciones humanas son los celos”. ¿Por qué personas de nuestro entorno, que afirman querernos y ser buenos amigos, nos lastiman, tratan de someternos, pretenden amargarnos o intentan desanimarnos o evitar que consigamos nuestra felicidad?,"Debido a los celos y su concomitante envidia", señala Glass.

La amenaza de las personas tóxicas puede darse en cualquier contexto, si bien en la propia familia puede constituir la fuente de un problema psicológico tormentoso, y para la investigadora Lillian Glass, “ya sean nuestros padres, hijos o cónyuges, nuestros jefes o compañeros de trabajo, a las personas tóxicas hay que aprender a tratarlas, para que no trastornen nuestro equilibrio vital, y la fórmula magistral para desintoxicar nuestras relaciones consiste en comunicarse, para afrontar lo que nos molesta del otro y decirlo sin tapujos”.
Es por esto que en nuestra corta experiencia aprendemos a manejar a esas personas toxicas no intentando que cambien porque es perder tiempo y energia pero si enseñandoles que no todo es como ellos desean o piensan, demostrando que a cada uno de nosotros como vecinos que convivimos en el mismo planeta Tierra y siendo la maxima creacion de Dios, si somos diferentes que no todo es Dinero que si importa el camino para poder llegar a nuestras metas, maquiavelo es el vivo ejemplo de lo que no debemos hacer y menso tomarlo como guia, la mejor guia es Dios para ser mejores humanos y aunque no seamos perfectos cada dia mejorar como individuos, en NFN Creamos Lideres Vderdaderos para una sociedad que nos necesita con base hacia un Bienestar Biopsicosocial, te invitamos a ti a formar parte vital de nuestro equipo!



Daniel Mesa
Presidente NFN
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